Un monje partió a un largo peregrinaje para encontrar al Buda. Dedicó muchos años a su búsqueda hasta que finalmente alcanzó la tierra donde se decía que el Buda vivía.
Mientras cruzaba el río a ese país el monje miraba alrededor, al tiempo que el barquero remaba. Notó algo flotando hacia ellos. A medida que se acercaba, se dio cuenta que era el cadáver de una persona. Cuando estuvo tan cerca que podía casi tocarlo, reconoció repentinamente el cuerpo muerto, ¡era el suyo!
Perdió el control y se lamentó al mirarse, inmóvil y sin vida, arrastrado a lo largo de la corriente del río.
Ese momento fue el principio de su liberación.
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Foto Juan Antonio
"Mi jardín Zen"
7 comentarios:
Juan:
En este domingo, me encantó venir a leer un cuento Zen, me gustan mucho, ayudan mucho a reflexionar, gracias por compartirlo.
Un beso y feliz día.
Juan que cuento tan perturbador,será asi? Besos tía Elsa.
Mi querido Juan Antonio: Creo que en el momento que dejamos de percibirnos como algo material empieza nuestra verdadera liberación. Es una tarea difícil pero nunca imposible.
Gracias por esta bella reflexión.
Mil besos y mil rosas.
me encantan los cuentos Zen,siempre nos dejan pensando y esto está bueno!!!!
gracias por compartir..
un fuerte abrazo
Estos cuentos nos ponen siempre a reflexionar!
Me gustó mucho la foto, es tu jardín?
Besitos,
Viéndose a sí mismo desde ese otro punto da lugar a a reflexionar y pensar de diferente forma en el tiempo restante...
Un abrazo t feliz semana.
Marí
MUY HERMOSO CUENTO LE INVITO A APSAR POR
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Y SI GUSTA RETIRAR LOS REGALOS DEJADOS EN ELLOS EN ESPECIAL EL POEMA DEJADO PARA TODOS LOS QUE POR ALLÍ PASEN EN AL SEGUNDA GALA DE
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GRACIAS POR SUS VISITAS EN OTRORA Y SUS PRECIADOS DECIRES.
LE DEJO UN CARIÑO Y MI PAZ MARYCARMEN
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