lunes, 11 de julio de 2011

Los Celos en la Poesía


Los celos no solo se producen en la pareja, sino que también se pueden dar entre hermanos, amigos, conocidos o compañeros de trabajo, aunque en la literatura se tratan especialmente los celos en la pareja. Este es un recurso que utilizan los poetas para tratar casos de la vida cotidiana.Es un tema tratado en la literatura de varias formas. Unas veces de manera apasionada, expresando toda la ira contenida por esos sentimientos que corroen el alma, que enajenan y matan al que los padece y, al mismo tiempo, hacen sufrir mucho a la persona objeto de los celos. Esta forma podría estar reflejada en el poema de don Luis de Góngora y Argote:

Los Celos


¡Oh niebla del estado más sereno,
furia infernal, serpiente mal nacida!
¡Oh ponzoñosa víbora escondida
de verde prado en oloroso seno!

¡Oh, entre el néctar de Amor mortal veneno,
que en vaso de cristal quitas la vida!
¡Oh, espada sobre mí de un pelo asida,
de la amorosa espuela duro freno!

¡Oh celo, del favor verdugo eterno!,
vuélvete al lugar triste donde estabas,
o al reino (si allá cabes) del espanto;

mas no cabrás allá, que pues ha tanto
que comes de ti mesmo y no te acabas,
mayor debes de ser que el mismo infierno.


Sin embargo, cuando el amor es tan grande, y su mente más controlada, el celoso puede perdonar a la persona amada antes de llevar a cabo cualquier acción reprobable. Esta podría estar reflejada en el poema de Francisco Villaespesa:

Celos 

Al saber la verdad de tu perjurio

loco de celos, penetré en tu cuarto…

Dormías inocente como un ángel,

con los rubios cabellos destrenzados

enlazadas las manos sobre el pecho

y entreabiertos los labios…

Me aproximé a tu lecho, y de repente

oprimí tu garganta entre mis manos…

Despertaste… Miráronme tus ojos…

¡Y quedé deslumbrado,

igual que un ciego que de pronto viese

brillar del sol los luminosos rayos!

¡Y en vez de estrangularte, con mis besos

volví a cerrar el oro de tus párpados!

También en prosa y en teatro ha habido escritores que han tratado este tema, como por ejemplo William Shakespeare en su obra de teatro "Otelo", considerada la obra cumbre de los celos. He aquí un fragmento:

Desdémona: ¡Celos! ¿Le he dado yo algún motivo?

Emilia: Los celos no se satisfacen con esa respuesta; no necesitan ningún motivo. Los hombres son celosos porque lo son. Los celos son monstruos que nacen y se alimentan de sí mismos.

(Acto 3º; Escena 4ª, de Otelo)


Hay otros que lo consideran un accidente momentáneo, una tempestad que sobreviene en un mar de calma y que pasado aquel, vuelve la paz para que el velero pueda seguir surcando los mares apaciblemente.  

Mi dulce gatita ronronea entre mis brazos
en la serenidad de la suave planicie
las brisa abraza mis manantiales
y los rayos de sol entibian mi piel.

Interminables días y noches de goce
encantos infinitos como delicados pétalos
que caen alborozados y juguetones
perfumando las tardes de abrazos y de besos.

De pronto despiertan intempestivos
los iracundos celos del inefable felino
obnubilando el dia, y con sus afiladas garras
irrumpe con fuerza en aterradora tormenta
que arrasa los campos de rosas y fresas.

Nubarrones negros como penoso funeral
ahora enturbian el inmaculado cielo
cubren pesarosas las rosas de mi jardín
ahogando todo hálito de vida y esperanza. 

Juan Antonio Quintana

Los motivos de los celos son variados, aunque muchas veces no se precisan.

Shakespeare decía:

"Ligerezas como el aire son para los celosos fuertes confirmaciones, como un testimonio de las Sagradas Escrituras."

Don Jacinto Benavente:

"El que es celoso, nunca lo es por lo que ve, con lo que se imagina basta."

Los celos en la poesía, en el teatro y en la narrativa se pueden encontrar en muchos autores, además de los citados, que serán incluidos en una nueva entrada.

Fotos tomadas de la red.










5 comentarios:

Ligia dijo...

Muy bien elegidos los textos que hablan de ese mal de amores. Abrazos

Soñadora dijo...

Terribles los celos que ciegan a quien los siente. Excelente selección la que compartes.

Besitos,

Dejame que te cuente dijo...

quien no los ha sentido alguna vez?
no me considero para nada una persona celosa...pero aun asi...alguna que otra vez he sentido ese amargo agujonazo en el corazon...
debe ser teerrible sufrirlos con frecuencia...

bonito post...

un abrazo juan

AguaClara dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
AguaClara dijo...

Hola Don Juan, he visto q es uno de mis seguidores, no le he podido contestar antes, gracias por entrar a mi blog aunque siempre me parece extraño las personas q lo hacen y no dejan ningún tipo de comentario. Aunque también soy nueva en blogger y no sé mucho d como va todo esto. Sobre su escrito pienso q si confias en alguién no tienes por que tener celos. Un Saludo.