Mi mundo de internet

Hace más de cuatro años que entré en el mundo de internet. El comunicarme con gente de todas las partes del mundo fue mi sueño desde joven. En aquel tiempo tuve amistades en muchos países de diferentes partes del mundo, pero las cartas iban y venían y pronto languidecía la relación, salvo contadas excepciones que aún perduran.
Cuando entré a internet me introduje en un mundo idílico en el cual podía conocer gente de otros países, de otros continentes, con otras costumbres, ideologías y formas de pensar.
Hice amigos estupendos con quienes intimé. Algunos desaparecieron como mismo llegaron. Con otros mantengo una relación espiritual, contactos telepáticos, pero sin una comunicación real. Sé que están ahí, al otro lado del mundo, pero seguimos intercambiando nuestras vibraciones e ideales. Y los menos con los que la comunicación ha sido y es muy fluida.
Como colofón a las relaciones cibernéticas, me enamoré de una chica muy especial con la cual mantengo una relación maravillosa, habiendo tenido que trasladarme miles de kilómetros para ir a su encuentro.

El mundo de internet es un lugar mágico en el que cada uno es quien es y quien quiera ser. En el que se puede ir con toda la honestidad y quien quiere engañar y vivir en un mundo irreal, en el cual, al final, puede hacerse daño así mismo y a los demás.
Yo he conocido, gracias a Dios, a gente auténtica y que han ido con la verdad por delante, aunque he conocido casos, por terceras personas, que han sido falaces, faltos de humanidad y de compasión por los demás.