domingo, 3 de agosto de 2008

Unión mágica, celestial

Princesa, escribes versos divinos con tus dedos, con tu espíritu, con tu corazón.
Eres el sol de mi vida, la luna de mis sueños, la estrella de mi alma, la canción que alegra mi vida, la sonrisa que eleva el espíritu y los ojos enamorados que iluminan y adornan mi caminar.
Enamórame cada día que yo te enamoraré cada minuto, dame un millón de besos que yo te daré ese millón elevado a la enésima potencia, hazme feliz como tú sólo sabes hacerlo, porque así subiremos juntos al cielo, extasiados e imbuidos en un intenso amor para siempre.
Nos encontraremos en el paraíso del amor, recorreremos juntos las sendas de la paz y de la felicidad.
El intenso abrazo sellará el momento estelar de amor, aquél que nos transportará a otros mundos inexplorados, a otras sensaciones mágicas, a la íntima unión de nuestros cuerpos y de nuestras almas hasta que un millar de trompetas y violines iluminen el firmamento de nuestras vidas.

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