De suma importancia era también calzar unas buenas botas, bien ajustadas con calcetines gruesos.
Nosotros iniciamos el Camino en Ponferrada, provincia de León. Allí pernoctamos en un albergue para peregrinos.
A la mañana siguiente nos levantamos temprano y, después de varias horas de camino, llegamos a Villafranca del Bierzo. Tras hacer una larga etapa tuvimos que caminar bastante para llegar al albergue. Allí nos adjudicaron una tienda de campaña para 4, pero luego acomodaron a dos más, puesto que no había más tiendas libres. Eran dos chicas españolas muy simpáticas. Yo, delante de la tienda. (Lamentablemente no pude agrandar la foto.)
De mi grupo de Canarias éramos dos en aquella tienda, más un francés y tres españoles, dos chicas y un chico.
De madrugada alguien de otra tienda fue al baño y encontró allí a las dos chicas, desveladas, al preguntarles qué hacían en aquel sitio, respondieron:
-Hay dos señores que roncan mucho y no nos dejan dormir.-Pobrecitas, uno de ellos era yo.
La experiencia me enseñó que siempre había que llevar tapones para evitar problemas como éstos.
A los pocos días ya la mochila me pesaba mucho. Algo tenía que eliminar para evitar tanto peso. Después de analizar todo lo que llevaba, no pude quitar nada.
Una compañera sí que pudo. Regaló su mochila grande y se compró una pequeña. La mayor parte de sus cosas las envió por correo a su casa o las regaló.
Dos amigas, una española y una italiana, sólo llevaban la ropa puesta, un pareo y una toalla. Se veía que iban ligeras de equipaje.
Tal vez suceda lo mismo con nuestras pesadas responsabilidades o cargas innecesarias. Algunos las pueden dejar atrás con facilidad, pero otros las cargan durante toda la vida.
Así se fueron sucediendo las etapas, en un ambiente increíble de camaradería y misticismo, captando las energías de los cientos de miles de peregrinos que las fueron dejando a través de los siglos.
Después de Villafranca seguimos, en distintas etapas, a O Cebreiro, Triacastela, Portomarín y Palas de Rey.
Al llegar a este pueblo yo tenía unos dolores insoportables en los dedos de los pies. Acudí a Enfermería y me diagnosticaron que tenía ampollas debajo de las uñas. Durante esa tarde utilicé chanclas para descansar. Tenía el firme propósito de calzarme de nuevo mis botas y seguir adelante. Nos faltaban aún más de 50 km en dos etapas.
Por la mañana muy temprano nos levantamos e iniciamos el camino, siguiendo siempre la flecha amarilla en dirección a Santiago. Al poco tiempo me era imposible dar un paso más. Yo no quería abandonar la empresa de postrarme ante el sepulcro del Apóstol.
Al fin me decidí a caminar con las chanclas. Y así llegué hasta Arzúa, junto a dos compañeras, una de las cuales se encontraba enferma, por lo que desde la recepción del hotel llamaron a un médico para que la tratara. El grupo se había dividido en tres, debido a complicaciones físicas o que algunos iban demasiado de prisa. Quedamos en vernos en el albergue posterior, a la entrada de Santiago de Compostela.
A la mañana siguiente partimos hacia O Gozo (El Gozo) que se encuentra a unos 5 km de la catedral. Llegamos allí después de unos 25 km de duro camino, pues las chanclas me impedían avanzar con facilidad.
Descansamos toda la tarde, guardando la ilusión de bajar hasta Santiago de Compostela al día siguiente por la mañana.
El espíritu indomable de los peregrinos, que no se dejan vencer por el pesimismo, por el cansancio, por la enfermedad o por cualquier otra adversidad, es un ejemplo a seguir en nuestra vida.
El peregrino tiene una especie de adrenalina que le impulsa a seguir: es la motivación de llegar a Santiago de Compostela, a postrarse ante la tumba del apóstol; al mismo tiempo, disfrutar en el Camino, el recogimiento y espiritualidad diarios y gozar del paisaje y de la compañía de los otros peregrinos.
Fotos: Juan Antonio
17 comentarios:
Hola Juan,aquí,en Monte Grande son las 8 de la mañana.
¡Qué linda la descripción de tu viaje!
¡Santiago de Compostela!, ya no creo que pueda cumplir muchos de mis sueños, pero ése era uno.
Y me gustó mucho la reflexión del equipaje, comparado con cosas que a veces podríamos dejar atras, pero cargamos toda la vida, son formas de ser ó estructuras adquiridas.
Con respecto a la antología, te comento que he participado en varias, pero locales, y ésta es a nivel país, pero lo más emocionante, es el haber estado al lado de grandes y reconocidos poetas a nivel internacional, nunca creí merecer el honor.
también se me ha publicado en revistas y periódicos de otras ciudades, y todo ha sido casi por casualidad, pues mi nivel cultural no es académico, mis escritos son simples y directos; soy autodidacta.....
Bueno Juan te envío un gran abrazo a la distancia y gracias por estar.
Susana............
Juan Antonio, me gusta la descripción que haces de tu peregrinación! Y la comparación del equipaje me parece tan real, cuantas cosas cargamos encima y nos cuesta dejar de lado! Me imagino que una experiencia así hace reflexionar bastante.
Quien sabe, algún día logre realizarlo.
Besitos,
Gracias, Juan, por compartir con nosotros la peregrinación del camino de Santiago, y que la verdad es dura su ruta, pero lo has descrito maravillosamente bien.
A veces cargamos con tantas cosas innecesarias que deberíamos desprendernos de ellas.
Un beso.
Que bonito Juan. Me encantaria poder hacer el camino de Santiago, debe ser una experiencia estupenda
Feliz día del padre
Olá Juan!
Passando pra lhe fazer uma visita e me deparo com essa linda viagem q você fez. Que você tenha ainda muitos momentos de descoberta como esses!
Un abrazo
KAROL
Hola Juan Antonio
El Camino de Santiago, ¡qué emoción!
Pasé por aquí y me quedé pegado. Voy a hacerte una invitación.
Al amanecer, antes de salir de casa, leo un cuento. Luego, dentro de una botella bien tapada lo lanzo al mar y así dejo un rastro para poder regresar. Preparo entonces un morralito y me voy de paseo por la red en busca de contadores de cuentos, letras nuevas, fabuladores, nuevos amigos, para aprender y compartir.
Esta semana la estoy dedicando a leer escritoras contadoras de cuentos y me he encontrado cosas maravillosas que deseo compartir. Te invito para que pases por mi Casa, espero que lo que estoy leyendo te guste tanto como a mí.
Saludos desde Mérida-Venezuela.
Jabier.
Qué experiencia increíble Juan!!! y has sabido integrarla con tus profundas reflexiones.
Por las dudas si alguna vez me voy para la Araucanía...llevo tapones.
Besos
Si supieras que me he emocionado leyendo esta aventura hermosa y valiente. si supieras que posiblemente haga ese mismo peregrinage el año próximo, si puedo claro. Vengo ahora de Taizé, ha sido maravilloso y allí hablamos de hacer el camino a Santiago.
Ha sido maravilloso este post, por todo lo que quieres trasmitir en él.
Un abrazo inmenso Juan, no te perderé de vista, aunque ahora descanse un poco.
mj
Muy buena experiencia sin duda. Fue como hacerlo contigo. un abrazo
Hola Juan Antonio:
no sabía que habías hecho el Camino de Santiago. Es algo que tengo pendiente. Tal vez dentro de unos años, cuando Miranda sea más grande. Mientras tanto, nos iremos entrenando por el Roque Nublo.
un abrazo de primavera-otoñal
Muy entretenido el relato de tu viaje.
Al leerlo tuve la impresión de haberos acompañado.
Un abrazo y cuidate mucho.
Hola Juan Antonio. Gracias por relatar tu experiencia en el Camino de Santiago. Eres un viajero sentimental de los que no solo disfrutan del paisaje sino de todo lo que emana de él. Eres capaz de sentir las vibraciones y eso te hace sentirte fuerte en todos los caminos de tu vida.
Un beso muy grande.
Me ha gustado seguir tus pasos tan bien contados. En alguna medida soy como vos un aventurero de todos los días en baja escala, por practicar el ciclismo rural, actividad a la que estoy regresando después de siete meses parado por un accidente. Pero lo tuyo es hermoso, con distintos condimentos, aunque sean compatibles por la osadía de exponer el esqueleto. Saludos amigo.
Hola JUAN, he llegado ha trav´s del blog de Isaac,ahí te he conocido. Me gusta como cuentas esta etapa del camino a Santiago. Seguro que lo recordarás toda tu vida.
Estuve allí, pero no a pie.no es lo mismo.
un saludo
Bellísimo tu relato...me he emocionado...parecia que yo también hiba camino a Santiago... inolvidable para ti...
Muchas bendiciones para ti Juan y toda tu familia..
Cariños,
Silvia
Hola Juan (Tamaran)
Me gusta mucho tu blog, tus comentarios en este caso sobre el camino a Santiago de compostela. Yo fuí 3 veces en Año Jacobeo, pero claro por carreteras y autovias desde Pontevedra.
El camino a traves de las montañas es hermoso.Encuentras a tu paso modernos restorantes, como ruinas de molinos de agua todo de piedra, como se estila en Galicia.
Pero tambien admiro tu Villarica, con sus lagos, su volcán y fotos que muy bien supiste captar.
Un abrazo y mis saludos a Perci y Marysol.
Naty
QUE HERMOSO VIAJE!
QUE LINDA HA DE SER ESA CIUDAD!
ESPERO ALGÚN DÍA PODER CONOCERLA!
SIENDO LAS 7: 15 MINUTOS EN ESTA FRÍA MAÑANA OTOÑAL EN BUENOS AIRES LE ENVIO UN SALUDO Y MI PAZ CON EL SINCERO DESEO DE QUE TENGA UN MUY BUEN COMIENZO DE SEMANA.
MARYCARMEN
WWW.CUERPOSANOALAMCALMA.BLOGSPOT.COM
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