viernes, 15 de agosto de 2008

Cuando se tala un árbol



Cuando se muere un árbol se muere algo de nosotros. Desaparece una vida importante dentro del universo.
Cuando se talan los árboles estamos coadyuvando a la desertización del Planeta, a la disminución de la cantidad de lluvia, a la falta de los recursos hídricos para la agricultura, para el consumo humano y de los animales.
La escasez de agua, por ende, hace disminuir la producción agrícola, esto conlleva a la carestía de la vida, al aumento de la pobreza en el mundo, a la miseria y a la muerte.
Cuidemos nuestros árboles. Usemos racionalmente todos los productos derivados de ellos. No malgastemos el papel, reciclémoslo lo más posible.
Cuando sea necesario cortar algunos árboles, se debe plantar de nuevo otros para que no se pierda la masa boscosa de la Madre Tierra.
Demos vida a la tierra cuidando nuestros árboles. La herencia que dejaremos a nuestros hijos debe ser de mejor calidad que la que nosotros heredamos de nuestros padres.
Podemos participar activamente en organizaciones que se dediquen al cuidado de los bosques a replantar nuevas especies, conservando dentro de lo posible las nativas del lugar.
Estemos alerta, pues el hacha del imprudente, del desaprensivo, del que tiene una venda en los ojos que no se da cuenta del daño que ocasiona, siempre está levantada para dar muerte impunemente a los árboles que mudos contemplan su extinción.

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